Los preparativos para la muerte de Duane Buck, mediante una inyección letal, ya estaban listos cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos anunció que dejaba sin efecto la sentencia.
La ejecución de un hombre negro, que había sido programada para el jueves pasado en Texas, fue suspendida por el tribunal después de admitir una apelación de su defensa, que argumentó que la sentencia fue injusta porque estuvo influenciada por un testimonio racista.
Buck, de 48 años, fue condenado a muerte por haber asesinado, en 1995, a su ex novia y a otro hombre una semana después de que se terminara su relación con ella.
La culpabilidad no está en duda, explicaron fuentes judiciales, sino el hecho de que el jurado que lo condenó pudo haber sido influido negativamente por el testimonio de un psicólogo que argumentó que los criminales negros son más propensos que los demás a representar un peligro futuro si se los libera.
Kate Black, una de las abogadas de Buck, aseguró que su cliente "está muy aliviado por el reconocimiento de la Corte Suprema de la obvia injusticia de permitir que la raza de un acusado sea un factor para dictar sentencias".
INFB
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