Juan Pablo II, un "beato" que peregrinó por toda América Latina y en el Perú se dijo "El Papa es charapa"
Incansable viajero, Karol Wojtyla, el primer papa polaco, visitó 26 países de América Latina, frecuentemente en momentos críticos de su historia. Ni la Cuba de Castro quedó afuera de su periplo
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El papa Juan Pablo II en su visita al Perú en 1985 |
El domingo 1º de mayo será beatificado en una multitudinaria ceremonia en El Vaticano. El llamado "Papa viajero" recorrió el continente más católico del planeta de un extremo al otro, del Caribe a la Patagonia, de Chile a México, de Brasil a Guatemala, de Paraguay a Nicaragua.
Algunos de estos viajes fueron polémicos, por las circunstancias que se vivían en la región en las décadas de 1980 y 1990, cuando la mayoría de las giras pontificales tuvieron lugar.
Fue recibido por presidentes legítimos y de facto, pero, sobre todo, por multitudes que colmaron estadios y plazas.
En el que él llamaba "continente de la esperanza" tuvo palabras de aliento para los indígenas y mineros explotados, campesinos perseguidos, políticos maniatados ideológicamente y contra las dictaduras, y se empeñó en luchar por conseguir mejores condiciones para los pobres.
Pero durante su pontificado, Wojtyla se enfrentó por igual al ateísmo comunista y a los excesos del capitalismo. Su vocación pastoral universal lo llevó a relacionarse con todos, pero, con conciencia de estar por encima de lo coyuntural, desafió las reglas de los gobiernos temporales, democráticos o dictatoriales. Visitó la Argentina de los militares durante la guerra con Inglaterra por las Malvinas (1982) y más tarde, la de la democracia restaurada; la Guatemala del general Efraín Ríos Montt (1983); el Chile del general Augusto Pinochet (1987) y el Paraguay del general Alfredo Stroessner (1988).
Con Pinochet y los dictadores argentinos protagonizó uno de sus mayores éxitos diplomáticos al mediar entre ambos países, a través de su enviado, el Cardenal Samoré, para evitar una guerra entre ambos países hermanos por el diferendo limítrofe referido al Canal de Beagle.
Visitó cuatro veces Brasil, el país con más católicos del planeta, y sus últimos viajes en el continente fueron a México y Guatemala, a mediados de 2002.
Su visita a América Central en 1983 también desató polémicas cuando en Nicaragua reprendió en vivo y en directo por televisión al entonces sacerdote y ministro revolucionario, el poeta Ernesto Cardenal, por el cargo que ocupaba en el gobierno sandinista.
Uno de sus viajes más emblemáticos fue el que realizó a Cuba en 1998, ya anciano y enfermo, cumpliendo el sueño de visitar el último bastión del comunismo, pese a su acérrimo desprecio al marxismo.
Con el entonces líder máximo de la revolución cubana, Fidel Castro, estableció una cordial relación, pero sin concesiones en ningún terreno. Por esos días, pudo verse al jefe comunista asistir a misas y ceremonias en actitud de recogimiento.
El Papa condenó duramente el embargo, pero también el bloqueo político e ideológico que el propio régimen le impone a los cubanos: "Que Cuba se abra al mundo, y el mundo se abra a Cuba".
VISITA AL PERÚ
Fue un hecho histórico para los fieles de la fe cristiana católica de Perú, pues se desarrolló durante una época de crisis económica y con el país amenazado por grupos terroristas.
Su llegada se produjo el 1 de febrero de 1985. Descendió del avión Luigi Pirandello de Alitalia en el Grupo Aéreo del Callao, besando tierra peruana. Fue recibido por el presidente Fernando Belaúnde, el Arzobispo de Lima Juan Landázuri Ricketts, el Nuncio Apostólico Mario Tagliaferri y otras autoridades políticas y eclesiásticas.
Luego del recibimiento, Juan Pablo II se dirigió hacia la antigua Catedral de Lima, donde ofició una misa con sacerdotes, diáconos y religiosos en honor a Nuestra Señora de la Evangelización, patrona de la Arquidiócesis de Lima y a quien coronó solemnemente. También veneró las reliquias de los santos peruanos Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, San Juan Masías y Santo Toribio de Mogrovejo. Al finalizar fue recibido en Palacio de Gobierno.
En la mañana del sábado 2 de febrero, Juan Pablo II recibió a un grupo de polacos residentes en el Perú para luego viajar a Arequipa. En esta ciudad se llevó a cabo la coronación de la Virgen de Chapi y la beatificación de Sor Ana de los Angeles Monteagudo. A su regreso a Lima, se produjo un multitudinario encuentro con los jóvenes en el Hipódromo de Monterrico y en presencia del Señor del Santuario de Santa Catalina.
A las 8:30 am del 3 de febrero arribó al Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete de la ciudad del Cusco y fue recibido por su alcalde Daniel Estrada Pérez y por el entonces diputado por el Cusco Rodolfo Zamalloa Loaiza. Allí fue declarado Ciudadano de Honor. Posteriormente celebró misa en la fortaleza inca de Sacsayhuamán y coronó a la Virgen del Carmen de Paucartambo. Continuó su peregrinaje hacia Ayacucho, cuna de la violencia terrorista maoísta, donde dirige un mensaje pidiendo cambiar de camino. Es recibido con estrictas medidas de seguridad por el Arzobispo de Ayacucho Federico Richter Prada y por el general Wilfredo Mori, jefe político-militar de la zona y tambien de Arequipa e Ica.
El 4 de febrero visitó Callao, junto con Monseñor Ricardo Durand Flórez, donde concelebraron una cena eucarística. También se encontró con el Señor del Mar y la Virgen del Carmen de La Legua y recorrió los hospitales de la localidad. Prosiguió su visita a Piura y luego a Trujillo, donde se reunió con los cristianos en el óvalo que hoy toma su nombre.
Su última actividad en Lima fue el martes 5 de febrero con los pobres, con una liturgia en una explanada en los arenales de Villa El Salvador. Luego se dirigió al aeropuerto para viajar a Iquitos, donde los lugareños lo rebautizaron como el Papa Charapa, partiendo hacia Trinidad y Tobago a la 1 pm.
Infobae