El rey de Marruecos recortó sus poderes
Mohamed VI intenta neutralizar las revueltas sociales. Entre otras medidas, el Primer Ministro representará al partido más votado en elecciones libres
Mohamed VI dio su primer discurso a la nación tras el comienzo de las protestas ciudadanas en Marruecos el 20 de febrero, que si bien no cobraron la magnitud de otros países de la región, como Túnez, Egipto o Libia, se han cobrado cinco vidas y han provocado numerosas manifestaciones y visibilizado los reclamos. En su histórica e inusual alocución, el monarca respondió a varias de las demandas que la oposición, aunque queda por saber cuál será el alcance final de estas reformas en la nueva carta magna.
El monarca alauí ha encomendado a una comisión encabezada por el constitucionalista Abdelatif Menuni la redacción de los cambios, que deberán ser presentados a lo largo del mes de junio, y posteriormente aprobados en un referéndum.
Una de las reformas más destacables es la que aspira a "reforzar la posición del primer ministro en tanto que presidente de un poder ejecutivo efectivo, que asuma totalmente la responsabilidad del gobierno y de la administración pública, amén de dirigir y aplicar el programa gubernamental", según el discurso.
El rey se comprometió a que el jefe del Ejecutivo sea siempre el primer ministro presentado por el partido político que haya obtenido los mejores resultados en las elecciones a la Cámara de Representantes (Cámara Baja del Parlamento). Hasta el momento, el monarca tiene la atribución de designar al primer ministro de su elección, así como a los llamados "ministros de soberanía" (entre los cuales están los de Interior, Asuntos Exteriores o Justicia), aunque en su discurso no se refirió a estos últimos.
El rey de Marruecos, sin embargo, no se refirió a qué competencias quedarán en sus manos tras la reforma constitucional respecto a las que ya tiene ahora, que le otorgan plenos poderes ejecutivos.
Dentro de la línea de refuerzo de la separación de poderes, Mohamed VI ampliará el "ámbito legal" del Parlamento y le otorgará nuevas atribuciones, sin detallar cuáles. Asimismo, abogó por "hacer de la justicia un poder independiente", para lo que se darán nuevas atribuciones al Consejo Constitucional.
Mohamed VI es considerado un líder reformista, tras el reino de mano dura de su padre Hassan II. Aun así, la situación de derechos humanos en el país ha sufrido críticas. Por eso, la nueva ley fundamental incluirá también las recomendaciones de la Instancia Equidad y Reconciliación (que investigó las violaciones de los derechos humanos durante las monarquías de Mohamed V y Hasán II) así como de los compromisos internacionales del país.
Los derechos de las mujeres y la participación política, que ya habían sido impulsadas en reformas anteriores, también serán consolidados. Por ejemplo, se garantizará por ley que ambos sexos tengan iguales posibilidades de acceso a los cargos públicos por elección. El rey dijo que quiere un "fuerte impulso" para revivir el reformismo en el país.
El discurso real, de un cuarto de hora de duración, comenzó con el anuncio de la puesta en marcha de la llamada regionalización del país, que comenzará por el Sahara Occidental.
Más tarde, algunos marroquíes salieron a las calles de Rabat para celebrar tras el discurso, haciendo sonar las bocinas de sus autos y con banderas de su país. Pero el verdadero impacto de las reformas es incierto todavía.
Mohamed VI dio su primer discurso a la nación tras el comienzo de las protestas ciudadanas en Marruecos el 20 de febrero, que si bien no cobraron la magnitud de otros países de la región, como Túnez, Egipto o Libia, se han cobrado cinco vidas y han provocado numerosas manifestaciones y visibilizado los reclamos. En su histórica e inusual alocución, el monarca respondió a varias de las demandas que la oposición, aunque queda por saber cuál será el alcance final de estas reformas en la nueva carta magna.
El monarca alauí ha encomendado a una comisión encabezada por el constitucionalista Abdelatif Menuni la redacción de los cambios, que deberán ser presentados a lo largo del mes de junio, y posteriormente aprobados en un referéndum.
Una de las reformas más destacables es la que aspira a "reforzar la posición del primer ministro en tanto que presidente de un poder ejecutivo efectivo, que asuma totalmente la responsabilidad del gobierno y de la administración pública, amén de dirigir y aplicar el programa gubernamental", según el discurso.
El rey se comprometió a que el jefe del Ejecutivo sea siempre el primer ministro presentado por el partido político que haya obtenido los mejores resultados en las elecciones a la Cámara de Representantes (Cámara Baja del Parlamento). Hasta el momento, el monarca tiene la atribución de designar al primer ministro de su elección, así como a los llamados "ministros de soberanía" (entre los cuales están los de Interior, Asuntos Exteriores o Justicia), aunque en su discurso no se refirió a estos últimos.
El rey de Marruecos, sin embargo, no se refirió a qué competencias quedarán en sus manos tras la reforma constitucional respecto a las que ya tiene ahora, que le otorgan plenos poderes ejecutivos.
Dentro de la línea de refuerzo de la separación de poderes, Mohamed VI ampliará el "ámbito legal" del Parlamento y le otorgará nuevas atribuciones, sin detallar cuáles. Asimismo, abogó por "hacer de la justicia un poder independiente", para lo que se darán nuevas atribuciones al Consejo Constitucional.
Mohamed VI es considerado un líder reformista, tras el reino de mano dura de su padre Hassan II. Aun así, la situación de derechos humanos en el país ha sufrido críticas. Por eso, la nueva ley fundamental incluirá también las recomendaciones de la Instancia Equidad y Reconciliación (que investigó las violaciones de los derechos humanos durante las monarquías de Mohamed V y Hasán II) así como de los compromisos internacionales del país.
Los derechos de las mujeres y la participación política, que ya habían sido impulsadas en reformas anteriores, también serán consolidados. Por ejemplo, se garantizará por ley que ambos sexos tengan iguales posibilidades de acceso a los cargos públicos por elección. El rey dijo que quiere un "fuerte impulso" para revivir el reformismo en el país.
El discurso real, de un cuarto de hora de duración, comenzó con el anuncio de la puesta en marcha de la llamada regionalización del país, que comenzará por el Sahara Occidental.
Más tarde, algunos marroquíes salieron a las calles de Rabat para celebrar tras el discurso, haciendo sonar las bocinas de sus autos y con banderas de su país. Pero el verdadero impacto de las reformas es incierto todavía.