Obtiene la victoria con el 55,85% de los votos, frente al 44,15% logrado por su rival, José Serra
Dilma Rousseff, la candidata a la presidencia por el Partido dos Trabalhadores, hizo historia al convertirse en la primera mujer que ocupa la presidencia de Brasil. Lo hará a partir del próximo uno de enero, cuando Lula da Silva ponga fin a dos legislaturas en las que ha convertido a Brasil en una potencia económica mundial. Rousseff se convierte en la continuadora de “la era Lula”, pero también de sus políticas.
La presidenta in pectore declaró la víspera de las elecciones que no “quiere dejar de convivir con el presidente Lula”. Aunque Lula dejó ayer bien claro que no hay ninguna posibilidad de que un ex presidente participe en el nuevo Gobierno.
Roussef ganó al candidato del PSDB, José Serra. Pero lo hizo con menos de la ventaja pronosticada por las encuestas. Con el 100% de los votos escrutados, la candidata del Partido dos Trabalhadores había obtenido el 55,85% de los votos. Serra, el 44,15%. Las encuestas publicadas días antes de la segunda vuelta de las elecciones le atribuían a Dilma una ventaja sobre su rival de hasta catorce puntos porcentuales.
Y Rousseff era muy consciente del peligro de las encuestas, después de que en primera vuelta le atribuyesen la victoria con más del 50% de los votos. Por eso anoche tardó en alzar los brazos y durante toda la jornada electoral pidió a sus seguidores que luchasen hasta el final.
La candidata oficialista fue ayer la más madrugadora a la hora de votar. Con la jornada electoral en ciernes ya aseguraba que iba a “gobernar para todos los brasileños”. Rousseff denunció haber sido objetos de “calumnias de toda especie” durante la campaña, pero aseguró haber conseguido afrontar la situación de forma “altiva y digna”. Rousseff destacó que el proyecto que defiende, el del presidente saliente, Luiz Inácio Lula da Silva, “que ha hecho que todas las familias brasileña hayan mejorado su nivel de vida”. La candidata también prometió devolver “duplicado” el cariño que reciba de los electores.
CURTIDA EN LA BATALLA
La primera presidenta en la historia de Brasil cuenta con una amplia trayectoria política. Durante el Gobierno de Lula fue la titular primero del Ministerio de Minas y luego de la Casa Civil (Presidencia brasileña). Como responsable de la primera cartera desarrolló uno de los programas estrella de Lula, Luz para todos. Su fuerte personalidad política le llevó a protagonizar durante su etapa como ministra de la Casa Civil un sonado enfrentamiento con el ministro de Finanzas a causa de las políticas económicas de este ministerio. Mientras el titular de esta cartera, Antonio Palocci, pregonaba la necesidad de apretarse el cinturón, Dila defendía mayor gasto público y tipos de interés más bajos. Palocci dimitió en 2006 tras un escándalo financiero.
Lula da Silva comenzó a promover su candidatura en 2008. Pero ya con la reelección de éste en 2006 y sin apenas rivales a la vista se convirtió en la número dos del Gobierno de Brasil. El presidente saliente comenzó a fijarse en Rousseff durante su etapa al frente del Ministerio de Minas. A Lula le gustaba su perfil discreto y su capacidad de trabajo.
La presidenta in pectore tiene ya diseñada la agenda que deberá cumplir en las próximas semanas. Tras la fiesta de anoche y unos días de descanso, Rousseff se prepara para iniciar el próximo 9 de noviembre una gira internacional de presentación acompañada por Lula da Silva.
UNA VEINTENA DE PRESIDENTAS
Dilma Rousseff se convierte en la décimosegunda integrante de la lista de mujeres que han conseguido presidir un país en América Latina. Esta economista de 62 años se unirá en enero al grupo de tres mujeres presidentas formado por Cristina Fernández (Argentina), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Kamla Persad-Bissessar (Trinidad Tobago). Y lo hará muy consciente de que a pesar de que 20 mujeres ocupan el puesto político más importante en sus países, la presencia femenina en la cúspide del poder sigue siendo una excepción.
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