El autor de la obra explicó que no intentó que la escultura se pareciera exactamente al fallecido pontífice, pero que deseaba capturar su naturaleza receptiva.
La presencia de una poco convencional estatua que representa a el fallecido Juan Pablo II ha generado múltiples reacciones no solo en el ámbito religioso sino que también en diferentes opciones ideológicas y es que la presencia de una enorme estatua con interior abierto y hueco ha generado duras criticas por por parte de expertos y del Vaticano.
La imponente figura de bronce fue realizada por el artista Oliviero Rainaldi, la cual fue inagurada con motivos de la celebración por la beatificación de Juan Pablo II, un paso que lo acerca a la santidad.
Sin embargo, la figura de cuatro metros de alto ha provocado consternación e iracundas reacciones por parte de diarios y críticos de arte, que han afirmado que no logra capturar la esencia del hombre.
"El rostro sólo tiene un leve parecido con el Papa. Y, en conjunto, el resultado no parece lo suficientemente bueno", dijo el diario oficial del Vaticano, Osservatore Romano, que lo comparó con una carpa o una garita militar.
El crítico de arte Achille Bonito Oliva explicó al diario La República que los angulosos bordes de la escultura le dejaron perplejo y que no reflejan el carácter gentil y preocupado de Juan Pablo II. Pero agregó que "nos acostumbraremos con el paso del tiempo".
Rainaldi explicó que no intentó que la escultura se pareciera exactamente al fallecido pontífice, pero que deseaba capturar su naturaleza receptiva. El artista explicó al diario Il Messaggero que retrató a Juan Pablo II en la forma que él lo recordaba.
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