El análisis del papel que juegan los medios de comunicación en la contienda electoral que eligirá al al nuevo presidente del Perú.
Por Milagros Salazar, periodista del Milenio.com,
Ataques, miedos y desinformación proliferan en la cobertura periodística de la campaña electoral de Perú, donde los principales medios de comunicación han tomado partido a favor de la derechista Keiko Fujimori en la competencia por la presidencia con Ollanta Humala.
Un estudio de los medios elaborado por la no gubernamental Asociación de Comunicadores Sociales Calandria revela que 42 por ciento de los artículos sobre Humala tienen contenido negativo y 71 por ciento de los dedicados a Fujimori tienen carácter neutro. “Un importante bloque de la prensa peruana ha tomado posición a favor de una candidata (Fujimori) sin pensar en el país”, afirma la directora ejecutiva de Calandria, Rosa María Alfaro.
La investigación incluyó la revisión de 2 mil 059 noticias políticas entre el 27 de marzo y el 17 de abril de 2011, es decir durante la campaña y la semana posterior a la realización de la primera vuelta electoral del 10 de abril. Se analizó la cobertura de los diarios El Comercio, Perú 21, La República, Correo, La Primera y Expreso. La mirada de esos medios se concentró en el ex militar Humala, pero no necesariamente para resaltar su postulación, sino para atacarlo. Apenas 31 por ciento de las noticias respecto de este candidato tienen contenido neutral, mientras que su rival cuenta con 29 por ciento de artículos en contra, según el estudio.
Los sondeos de intención de voto muestran una contienda ajustada en busca de la presidencia de Perú, que se definirá el 5 de junio en la segunda ronda electoral, y un alto nivel de rechazo a los dos candidatos. En el caso de Humala obedece principalmente al cambio que propone en política económica, que para sus críticos podría espantar la inversión privada, y a su supuesta relación con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Al otro lado, Fujimori debe afrontar las críticas por las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y los casos de corrupción perpetradas por el gobierno de su padre, Alberto Fujimori (1990-2000), por los cuales está encarcelado. “La información se está presentando como publicidad electoral y eso revela una falta de ética en el manejo informativo”, manifestó Alfaro, para quien la posición política de los medios debería reflejarse en los editoriales y no en la parte informativa.
Calandria asegura que los medios optaron en la primera etapa de la campaña por apostar por uno o dos candidatos dejando de lado la pluralidad y la equidad en la información, un escenario que se agudizó en esta segunda etapa electoral. El grupo empresarial periodístico El Comercio, el más importante del país y que edita el diario del mismo nombre y el tabloide Perú 21, ha sido acusado de apoyar a Fujimori basado en sus permanentes acusaciones contra Humala y críticas a su plan de gobierno.
Para el periodista Gustavo Gorriti, director del proyecto de investigación IDL-Reporteros, la posición de El Comercio tiene que ver con la presencia de Martha Meier en su directorio, quien fue candidata al parlamento en 2000 por el fujimorismo. Tal situación generó la renuncia, entre abril y mayo, de tres periodistas de Perú 21. Además, la productora general y el jefe de informaciones de Canal N, que pertenece al grupo Plural Tv en el que El Comercio tiene acciones, fueron despedidos, según afirmaron, por cubrir las actividades de Humala en la misma medida que las de Fujimori. El hecho, condenado por líderes de opinión, resultó significativo debido a que Canal N representó una vitrina de la libertad de expresión durante el gobierno de Alberto Fujimori y difundió en 2000 el famoso video en el que se observa a Vladimiro Montesinos sobornando a un parlamentario. Tales imágenes, que dieron la vuelta al mundo, terminaron de hacer caer al gobierno fujimorista y mostraron el accionar de Montesinos, su asesor de inteligencia hoy también encarcelado por delitos de lesa humanidad y de corrupción.
También se denuncian presiones a periodistas del interior del país. Para Calandria, muchos medios de comunicación “están ocultando el pasado político y dictatorial del gobierno de Fujimori”, afectando la memoria colectiva y olvidándose que fue un régimen que compró la línea editorial de la prensa. Emilio Camacho, uno de los tres periodistas que renunció a Perú 21, dijo no sentirse sorprendido por la cobertura parcial de los grandes medios de comunicación, porque en los últimos cinco años han sido concesivos con los fujimoristas en el congreso legislativo y ha desplegado críticas feroces contra los parlamentarios del partido de Humala.
“Ningún medio, incluso los más críticos, fiscalizaron a los fujimoristas. Hay muchas cosas que se dejaron pasar”, agregó, tras señalar, luego de su salida de Perú 21, que “lamentablemente siempre habrá algún periodista que hará la noticia de encargo”. Los cuestionamientos a la prensa han crecido a la par de titulares polémicos, como el que apareció en la portada de Perú 21 el 25 de mayo: “Lo vi matar”. El impactante título es el llamador para el informe periodístico que señala supuestas violaciones a los derechos humanos por parte de Humala en 1992 desde la base antiguerrillera de Madre Mía, ubicada en la región Huánuco.
Perú 21 sustentó esta denuncia con la sola declaración del ex sargento del ejército Segundo Gómez, quien lideró un grupo que perpetró un robo en la Universidad Agraria de la Selva. “Esta campaña potencia los sesgos informativos. La prensa peruana en los últimos años se ha convertido principalmente en un agente político y no en un mediador”, explicó Luis Jaime Cisneros, miembro del consejo directivo del Instituto Prensa y Sociedad. Calandria considera que el actual desempeño de los medios debilita la democracia y la credibilidad en los periodistas, por lo que apela a la autorregulación de la prensa y al derecho de las audiencias de vigilarla.
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