Perú jugará el sábado por el tercer lugar frente al rival que sale hoy en el partido entre Paraguay y Venezuela.
Muchos argentinos se han ido a Uruguay a pasar las vacaciones de invierno. No quieren saber nada del fútbol. Muchos uruguayos vinieron a Buenos Aires a sumarse a la amplia colectividad asentada en este país para ilusionarse con una nueva Copa América. Falta un paso. Un domingo, el próximo. El triunfo ante Perú por 2-0 ha puesto al conjunto que dirige Óscar Washington Tavárez otra vez en la final, que disputará con el ganador del Venezuela-Paraguay. Hasta el presidente uruguayo, el exguerrillero José Mújica, tiene previsto asistir al encuentro en el estadio del River Plate.
"Uruguay es más equipo que Argentina", ha dicho el máximo ídolo celeste de las últimas décadas, Enzo Francescoli. ¿Qué tiene Uruguay, además de la eficacia a la hora de ganar por penaltis? Un conjunto compacto, que viene jugando desde hace tiempo, que conoce sus virtudes y sus limitaciones. Hace más con menos, y en la fría noche de la ciudad de La Plata, ha vuelto a demostrarlo frente a los peruanos. "La selección fue rápida y furiosa", definía el diario El País, de Montevideo.
Miles de almas han alentado a la Celeste. Una y otra vez han cantado que volverán a ser campeones en Argentina, como sucedió en la Copa América de 1987 organizada entonces por este país, que contaba con el mejor Diego Armando Maradona. Mirado desde arriba, como suelen presentarlo en televisión, el estadio de La Plata ofrece una perspectiva futurista, como si no fuera de este tiempo. Es el único, como se lo llama, que ha sido techado, para protegerse de las inclemencias. Pero su césped está más cerca de una cancha de barrio. "Una superficie que remite a la época más primitiva del fútbol", afirma La Nación.
"Uruguay es más equipo que Argentina", ha dicho el máximo ídolo celeste de las últimas décadas, Enzo Francescoli. ¿Qué tiene Uruguay, además de la eficacia a la hora de ganar por penaltis? Un conjunto compacto, que viene jugando desde hace tiempo, que conoce sus virtudes y sus limitaciones. Hace más con menos, y en la fría noche de la ciudad de La Plata, ha vuelto a demostrarlo frente a los peruanos. "La selección fue rápida y furiosa", definía el diario El País, de Montevideo.
Miles de almas han alentado a la Celeste. Una y otra vez han cantado que volverán a ser campeones en Argentina, como sucedió en la Copa América de 1987 organizada entonces por este país, que contaba con el mejor Diego Armando Maradona. Mirado desde arriba, como suelen presentarlo en televisión, el estadio de La Plata ofrece una perspectiva futurista, como si no fuera de este tiempo. Es el único, como se lo llama, que ha sido techado, para protegerse de las inclemencias. Pero su césped está más cerca de una cancha de barrio. "Una superficie que remite a la época más primitiva del fútbol", afirma La Nación.
Mal papel de Forlán
Sobre ese césped se ha disputado la semifinal menos esperada. Como en el Mundial de Sudáfrica, Uruguay ha mostrado que en estas instancias se agiganta y quiere ir más allá. Ninguno de los dos ha querido arriesgar de entrada, y por eso, el primer tiempo se ha hecho aburrido. La tensión tenía que ver con las expectativas. Para colmo, Forlán, el mejor jugador uruguayo, sigue siendo una sombra de aquel que brilló en Sudáfrica.
Perú también ha sido, en cierto sentido, local. El conjunto peruano ha crecido de manera significativa en los últimos años. Cada vez que Vargas tomaba el balón, de la tribuna llegaba el apoyo. Pero ni Vargas ni Guerrero, ni sus otros compañeros han sabido como crear peligro en la portería defendida por Muslera.
Sobre ese césped se ha disputado la semifinal menos esperada. Como en el Mundial de Sudáfrica, Uruguay ha mostrado que en estas instancias se agiganta y quiere ir más allá. Ninguno de los dos ha querido arriesgar de entrada, y por eso, el primer tiempo se ha hecho aburrido. La tensión tenía que ver con las expectativas. Para colmo, Forlán, el mejor jugador uruguayo, sigue siendo una sombra de aquel que brilló en Sudáfrica.
Perú también ha sido, en cierto sentido, local. El conjunto peruano ha crecido de manera significativa en los últimos años. Cada vez que Vargas tomaba el balón, de la tribuna llegaba el apoyo. Pero ni Vargas ni Guerrero, ni sus otros compañeros han sabido como crear peligro en la portería defendida por Muslera.
A la espera de un error
Había que soportar las bajas temperaturas de la noche del martes. El fervor, como el fuego, se ha ido apagando ante la falta de situaciones en las dos áreas. Solo faltaba esperar si el partido tendría prolongación y definición por penaltis o alguna jugada providencial haría que terminara en el tiempo reglamentario.
Como suele suceder cuando dos equipos se cuidan tanto de no perder, los partidos se abren cuando se produce un error. Y este ha llegado apenas ha comenzado el segundo tiempo. El portero peruano Martínez no ha podido retener un disparo de Forlán que se iba afuera. El balón ha rebotado y ha quedado a los pies de un delantero que no perdona. Luis Suárez ha marcado el 1-0. Y ha sido el delantero del Liverpool, otra vez, el que cinco minutos más tarde ha ampliado el marcador. "Dos errores han marcado la diferencia", se ha lamentado el entrenador de Perú, el uruguayo Sergio Markarian.
Perú había llegado demasiado lejos en el torneo. Uruguay quiere más. "Por suerte la noche ha estado muy tranquila, y eso me hace feliz. Ahora, a pensar en el sueño que todos tenemos. Estamos a un paso, a 90 minutos, 120 minutos o tanda de penaltis. No somos favoritos, no hay favoritos, en estos días la copa ya lo mostró. Va a ganar quien tenga menos errores. Hay que ganarle a cualquiera para poder ser campeón", ha declarado Muslera.
Fuente: elperiodico.com, Youtube
Había que soportar las bajas temperaturas de la noche del martes. El fervor, como el fuego, se ha ido apagando ante la falta de situaciones en las dos áreas. Solo faltaba esperar si el partido tendría prolongación y definición por penaltis o alguna jugada providencial haría que terminara en el tiempo reglamentario.
Como suele suceder cuando dos equipos se cuidan tanto de no perder, los partidos se abren cuando se produce un error. Y este ha llegado apenas ha comenzado el segundo tiempo. El portero peruano Martínez no ha podido retener un disparo de Forlán que se iba afuera. El balón ha rebotado y ha quedado a los pies de un delantero que no perdona. Luis Suárez ha marcado el 1-0. Y ha sido el delantero del Liverpool, otra vez, el que cinco minutos más tarde ha ampliado el marcador. "Dos errores han marcado la diferencia", se ha lamentado el entrenador de Perú, el uruguayo Sergio Markarian.
Perú había llegado demasiado lejos en el torneo. Uruguay quiere más. "Por suerte la noche ha estado muy tranquila, y eso me hace feliz. Ahora, a pensar en el sueño que todos tenemos. Estamos a un paso, a 90 minutos, 120 minutos o tanda de penaltis. No somos favoritos, no hay favoritos, en estos días la copa ya lo mostró. Va a ganar quien tenga menos errores. Hay que ganarle a cualquiera para poder ser campeón", ha declarado Muslera.
Fuente: elperiodico.com, Youtube
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