Una joven polaca de 23 años explica a «The Times» la «vergüenza» que sintió por participar en un filme que vio antes de cumplir los 18 como le pidió Spielberg
Oliwia Dabrowska, que con solo tres años protagonizaba hace veinte años a la niña del abrigo rojo, en la película «Lista de Schindler» no siguió el consejo que le dio Steven Spielberg.
El director de referida cinta le dijo que viera la película cuando esta tuviera 18 años para poder comprender la dureza y contexto de las imagenes.
En entrevista con The Times, la actriz polaca aseguró que fue traumante ver la cinta a la edad que lo hizo, once años. Según cuenta, no podía comprenderla. «Fue demasiado horrible, no podía entender gran cosa, pero estaba segura de que no quería volver a verla nunca más», asegura ahora, con 23 años.
La película que trata la historia de Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó a 1.200 judíos de los hornos crematorio, tiene como fundamento importante la presencia de esta niña de abrigo rojo quien es vista por el empresario durante el desalojo en Cracovia. Cuando volvió a verle, sola y perdida, subida a los carros donde evacuaban a los cadáveres de judíos, decidió hacer algo al respecto.
Oliwia Dabrowska tardó en comprender la grandeza de Schindler. «Me sentía avergonzada de estar en la película y me enfadaba mucho con mis padres cuando le contaban a alguien mi papel», explica en una entrevista al diario «The Times». «Lo mantuve en secreto durante mucho, mucho tiempo, mucha gente en el colegio me decía, "debe ser muy importante para ti, debes saber mucho del Holocausto", pero yo estaba frustrada por todo ello».
Dabrowska se arrepintió de haber incumplido su promesa a Spielberg de esperar a la mayoría de edad, según explica al rotativo londinense. Hasta que volvió a verla con 18 años. «Entonces me di cuenta de que había formado parte de algo de lo que podía sentirme orgullosa; Spielberg tenía razón, debía crecer para ver la película», asegura.
El director intentó, en su escena principal durante la liquidación final del gueto de Cracovia, que la niña se escondiera debajo de una cama. Pero Dabrowska se negó. Le daba miedo que hubiera arañas, y ni siquiera los M&M que le ofreció el cámera lograron convencerla.
MFP
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